MITJA MARATÓ COSTA BARCELONA-MARESME No todos los días son fiesta

Esa es la conclusión. La semana pasada, récord de 10km en La Llagosta, y en Calella pensaba que también podía caer el de media maratón. Lo tenía en la mano. Cerca, cerquita, pero no es fácil bajar de 1h20 y más si la estrategia, y un par de cuestiones no ayudan. En resumen, para el que vaya a tiro hecho, 1h21:46, 37º de la clasificación (21º de la categoría) de 1239 acabados. Como conclusión posterior estoy contento, pero mi nivel de exigencia me remite a no estar todo lo satisfecho que hubiera querido.

Todo ligaba muy bien. Tonterías que no lo son tanto como dormir bien, llegar con tiempo, aparcar sin problemas, recogida rápida y eficaz del dorsal, guardarropa al ladito mismo de la la zona de llegada (y de recogida de dorsal). Todo bien organizado. Además, sin haber cajones, sí que había dorsales y la gente parece que se empieza a concienciar con esto de colocarse dónde le corresponde, por lo menos en Calella me dio esa impresión.

Fotografia de Grau García

UN INICIO DEMASIADO FUERTE
Vi a Hasna Bahom (posterior ganadora en categoría femenina) y como sé que es una atleta sub1h20 consolidada pensé en pegarme a ella (y a una compañera de club, LaSansi). Pero en seguida vi que iba muy rápida. Hasta yo iba muy rápido. Primer km, 3:35, segundo, 3:45. Bueno, había ganado unos segundos y esperaba no pagarlo después. Hasta el km 10 fui muy bien. Contemporizando tiempos entre 3:45 y 3:48 me quedé en 37:49, 11 segundos por debajo del tiempo ideal. Pensaba que sería suficiente si era capaz de aguantar el ritmo, pero...

Aguanté el ritmo hasta el km 12, justo en el momento de dar la vuelta hacia Calella. El viento, que parecía brisa suave, se empezaba a notar un poco más, sin ser excesivamente fuerte, eso sí. Como hacía calor, me hidraté bien y en esas que pasé a Ouafaa Hamani, la compañera de Bahom que, o bien se había descolgado, o bien le había hecho de liebre porque acabó en 1h23:28 (a casi 5 minutos de su compatriota y, aun así, fue segunda clasificada con más de cuatro minutos de diferencia con la tercera). La adelanté y eso me animó, pero lo justo, porque a partir de ese momento empecé a notar que no iba tan fino como creía.

FLATO
El km 15 lo pasé en 57:32, 32 segundos por encima de lo planeado. Aun tenía ciertas esperanzas, aunque me notaba flojo. Y en el km 17, el flato. Durante casi 1km entero no pude apretar y me salió a 4:17, lo que tiraba por tierra el esfuerzo anterior. Más de un minuto por encima de lo previsto no me permitía ser excesivamente optimista. Así que...me dejé ir. Sin sufrir más de la cuenta, pero sin tirar a muerte porque no me beneficiaba en nada. No tenía a nadie detrás que me molestara por la posición, al rival más cercano lo tenía a 60-80 metros y lo único que conseguía era sonreir un poco y devolver los aplausos del público.

Así llegué al final, con esfuerzo y cansado, pero con un premio final, un masaje. Esto de llegar pronto, tiene sus beneficios. El masaje me sentó bien porque tenía algunas molestias en el tren inferior, de rodillas para abajo. JC, que tampoco estuvo fino, tuvo que pararse en el km 6 y acabó en 1h55, demasiado para su nivel.

REFLEXIÓN
Ahora tocará una semana de descanso, de algo de relax para afrontar Bombers con un poco más de fuerza, ya que creo que lo necesito. Esta semana, con los 21km del domingo, me han salido 80km, lo habitual cuando preparars una maratón, con la salvedad que no hay maratón a la vista (se me había pasado por la cabeza la de Empúries, pero ya pasó de largo...). Cuando entrenas bien y te encuentras cómodo, entrenas más y también te desgastas. Es otra de las razones del "fracaso" de este domingo en Calella (que conste que no me siento frustrado, estoy contento, pero me queda una espinita clavada...)