No es habitual correr en un día tan especial, pero también hay que decir que los "runners" estamos un poco locos y ya es habitual ver a gente con las zapatillas un 25 de diciembre. Quizás es menos normal participar en una carrera. Pero eso en Mataró, y en el CA Laietània es una tradición. La carrera es informal, sin dorsales, sin inscripciones y con un recorrido "extraño" por llamarlo de alguna manera. Poco más de 2km con casi 60 metros de desnivel positivo (la mayoría en los primeros 600 metros, más otro "pico" en los últimos 200, pero con una bajada de poco más de 100 metros en el resto del recorrido (1km y poco), lo que significa cerca de un 10% aunque en algún momento roza el 20%, seguro.
Hablamos de una carrera muy explosiva con participación de algún atleta de "élite" (el ganador, Ricard Fernández, excampeón de Europa júnior, o algún que otro atleta del CA Laietània). Yo me la tomé como un "divertimento", sin ir a muerte porque el día anterior había hecho 20km en 1h30 (@4:30). Así pues, sin pensar en ritmos ni historias (como para hacerlo con las subidas y bajadas), me quedó un tiempo de 8:45 (2,12km según el GPS) y acabé en el puesto número 20 de un total indefinido de entre 120-150 corredores.
Lo mejor, el trato y el ambiente familiar. Además, de regalo sólo por llegar, una botella de cava y entrar en el sorteo de un jamón que, por cierto, no tuve el placer de probar. Para quien quisiera, después había una exhibición de tenis en el mismo centro.
Creo que ha sido de las pocas veces en mi vida que he calentado y enfriado más rato que la propia carrera (recuerdo también una Sant Silvestre del Masnou, 5km, que hice un enfriamiento largo). Una experiencia más, muy entretenida, por cierto. La presencia de la familia, con Maria animándome a media carrera también me hizo mucha ilusión.
Hablamos de una carrera muy explosiva con participación de algún atleta de "élite" (el ganador, Ricard Fernández, excampeón de Europa júnior, o algún que otro atleta del CA Laietània). Yo me la tomé como un "divertimento", sin ir a muerte porque el día anterior había hecho 20km en 1h30 (@4:30). Así pues, sin pensar en ritmos ni historias (como para hacerlo con las subidas y bajadas), me quedó un tiempo de 8:45 (2,12km según el GPS) y acabé en el puesto número 20 de un total indefinido de entre 120-150 corredores.
Lo mejor, el trato y el ambiente familiar. Además, de regalo sólo por llegar, una botella de cava y entrar en el sorteo de un jamón que, por cierto, no tuve el placer de probar. Para quien quisiera, después había una exhibición de tenis en el mismo centro.
Creo que ha sido de las pocas veces en mi vida que he calentado y enfriado más rato que la propia carrera (recuerdo también una Sant Silvestre del Masnou, 5km, que hice un enfriamiento largo). Una experiencia más, muy entretenida, por cierto. La presencia de la familia, con Maria animándome a media carrera también me hizo mucha ilusión.
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